RECAÍDA
"Entonces dice: 'Volveré a la persona de la cual salí'. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna" (Mateo 12:44 NTV).
Japón se encuentra a partir de hoy y por un mes en estado de alerta sanitaria, para atajar un peligroso repunte de la pandemia que afectará especialmente a los centros educativos y a los lugares de ocio, buscando no afectar la poderosa maquinaria productiva del país.
Cuando leí esta noticia se me vino al instante la idea que el SARS-CoV-2 y el diablo tienen la misma consigna: infectar, matar y destruir. Las evidencias apuntan a que la humanidad se enfrenta a un coronavirus con un comportamiento tenaz, persistente y que no descarta ninguna posibilidad de contagiar a un ser humano más. Así de necio es el diablo y sus demonios son idénticos a él. Cuando un demonio deja de afligir a una persona y se va, no piense que se va definitivamente, sino que regresa con otros siete demonios peores para seguir amargando a su antiguo anfitrión.
Por eso la actitud que está adoptando el primer ministro nipón, Shinzo Abe, es sabia y prudente. De igual manera debemos actuar nosotros con el diablo y sus espíritus malignos, no debemos abrirle ni un poquito la puerta de nuestra mente, porque podría ser fatal. Con el diablo tu primer error podría ser el último.
—Carlos H. Suárez F.
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