EL AMIGO DE DIOS

"Dios dijo: '¡Escúchenme todos ustedes, los que buscan a Dios y aman la justicia! Ustedes son descendientes de Abraham y de Sara. Miren el ejemplo que ellos les han dejado. Cuando yo llamé a Abraham, él era sólo uno, pero lo bendije y le di muchos hijos'" (Isaías 51:1-2 TLA).

Abraham fue uno de los grandes personajes de la historia antigua. Vivió hace cuatro mil años en Ur de Caldea (cercanías del Golfo Pérsico) y Dios lo llamó "mi amigo" (Isaías 41:8). Su vida es descrita como una persona común y corriente, con las mismas ilusiones y esperanzas que nosotros, alternando sus días con victorias y derrotas.

Abraham se caracterizó por tener un carácter maduro tallado por fuertes pruebas y dificultades, una fe intensa y entusiasta con una disposición diligente y pueril a la obediencia al llamamiento divino. Dios lo invitó a dirigirse hacia su verdadero destino y tomar su lugar en la regeneración del mundo: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré" (Génesis 12:1).

Abraham fue escogido por gracia de una región de agricultores y campesinos, pero él obedeció a la visión celestial y Dios lo convirtió en uno de los hombres más famosos de la historia: patriarca de muchos pueblos milenarios (israelitas, ismaelitas, madianitas, etc.), es considerado fundador de las tres grandes religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo) y un héroe de la fe cristiana. El testimonio de Abraham nos exhibe que el éxito en la vida no consiste en saber o tener, sino en creer y obedecer a la voluntad de Dios.

—Carlos H. Suárez  F.