TRANSFORMADO

"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo" (1 Corintios 15:10 CST).

Jorge López es un joven fogoso predicador del evangelio. Nació en Honduras en el seno de una familia desintegrada, donde reinaba el odio, las peleas, las intrigas, las palabras soeces y la infidelidad conyugal. El abandono de su mamá cuando tenía cinco añitos, los momentos prolongados de soledad en la casa de su abuelito y la angustiosa melancolía que reinaba en ese lugar, lo hacían llorar constantemente e hirieron su tierno corazón llenándolo de dudas y temores, y marcaron negativamente su niñez y su adolescencia.

Cuando arribó a los años de su juventud, Jorge tenía una sola pregunta en su mente: ¿Qué es el amor? Era la asignatura pendiente porque nadie se la había enseñado y nadie se la había mostrado. Esa carencia de respuestas lo empujaron a la angustia, a la desesperación y a la convicción que el amor no existía. El diablo le hizo creer que no nació para amar y ser amado.

Jorge se resistía a creer que no había un propósito divino para su existencia en este mundo, pero no siempre ganaba la batalla, porque algunas veces quiso acabar con su vida, pero Dios se lo impidió. Dios le demostró cuánto lo amaba llevándole al pie de la cruz, donde su Hijo Jesucristo dio su vida y derramó su sangre para perdonar sus pecados y darle el regalo de la vida eterna.

Hace seis años decidió dedicar su vida a predicar el incondicional amor de Dios manifestado en Jesucristo. Hoy está convencido que ama a Dios porque Dios lo amó primero. El persistente amor de Dios lo sedujo y finalmente conquistó su corazón. Ese corazón que antes estuvo lleno de dudas y malos pensamientos, ahora está lleno de amor y buenos propósitos para los demás, porque el que está en Cristo, "nueva criatura es".

-Carlos H. Suárez F.