EL HOMBRE DE PECADO
"Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el santuario de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tesalonicenses 2:3-4 RV77).
La primera vez que leí acerca de la necesidad de un líder global, fue en la década de los 80's, en un artículo titulado "Un gendarme mundial", escrito por Mariano Grondona en la revista latinoamericana Visión. Sus argumentos eran muy claros: un presidente universal, sabio y autoritario, podría armonizar la política internacional, dirigir la economía global y administrar mejor la producción y la distribución de los recursos y las riquezas de las naciones.
El pasado jueves 26, el periódico británico The Guardian publicó que el ex Primer Ministro laborista, Gordon Brown, ha instado a los líderes mundiales a crear una forma temporal de gobierno global para abordar las crisis gemelas, médicas y económicas, causadas por la pandemia de Covid-19.
Recordemos que Brown estuvo en el centro de los esfuerzos internacionales para abordar el impacto de la mini crisis de los bancos en 2008, ahora dice que es necesario un grupo de trabajo que involucre a líderes mundiales, expertos en salud y a los jefes internacionales.
¿Será que la pandemia de Covid-19 está coadyuvando a crear la plataforma idónea para que el hombre de pecado, el último déspota gentil profetizado en el libro de Daniel 2 y 7, salte a las arenas de la política mundial? Ante tales noticias es prioritario confesar a Jesús como el único Señor y Salvador del mundo.
—Carlos H. Suárez F.
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