UNA VIDA CON PROPÓSITO
UNA VIDA CON PROPÓSITO
«¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, de que así tiene que ser?» (Mt 26:53-54 JBS).
Jesús le respondió esto a Pedro cuando él sacó su espada y cortó la oreja de Malco, siervo del Sumo Sacerdote que participó en el arresto de Jesús en Getsemaní. En ese momento se vivió un instante decisivo en la historia del universo, porque Jesús sabía que en el cielo había miles de ángeles listos para defenderlo, si tan solo oraba a su Padre para que los enviara. Pero, si Él y sus discípulos hubieran salvado sus vidas de la amenaza de esa multitud, ¿quién moriría entonces para cumplir con el sabio y eterno propósito del Padre, profetizado en las Escrituras?
La opción de recibir la ayuda de los ángeles era muy tentadora, pues si dos ángeles destruyeron Sodoma y Gomorra en la antigüedad, imagina la potencia bélica de miles de estos seres celestiales. Sin embargo, Jesús, quien desde su niñez leyó y meditó en las Escrituras, conocía el propósito de su Padre para su encarnación. Él sabía perfectamente que esa sería su última visita a Jerusalén para celebrar la Pascua con sus discípulos, que luego sería juzgado por los líderes religiosos y, finalmente, entregado a los romanos para ser crucificado. Jesús cumplió la voluntad de su Padre, y por eso su obra permanece para siempre.
¿Dónde encontró Jesús las palabras apropiadas para responder a las tentaciones del diablo? En las Escrituras. ¿Dónde conoció Jesús el propósito del Padre para su vida? En las Escrituras. ¿A dónde recurrió Jesús para hallar los argumentos precisos y contrarrestar los ataques de sus interlocutores? A las Escrituras. Por lo tanto, está claro que Dios muestra su magnífica voluntad y gobierna a su iglesia a través de las Escrituras.
La noticia prominente para hoy es que Dios también tiene un propósito maravilloso para tu vida. Ese plan está descrito en su bendita Palabra. Si tienes la sabiduría y la paciencia para leer y meditar en sus bellas historias y prestar atención a sus sabios consejos, con toda seguridad llegarás a conocer ese programa divino diseñado especialmente para ti. Recuerda que el éxito en la vida no está en cumplir tus propios sueños, sino en hacer la voluntad de Dios.
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
No hay comentarios
Publicar un comentario