LA BIBLIA ES INSUPERABLE
LA BIBLIA ES INSUPERABLE
«El rico dijo: “Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan ellos también a este lugar de tormento”. Abraham dijo: “Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!”. El rico contestó: “Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y se les aparece, ellos se convertirán”. Pero Abraham le dijo: “Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite”» (Lc 16:27-31 DHH).
El trasfondo de estos versículos es la historia que Jesús relató acerca de un hombre rico, que celebraba banquetes cada día, y un mendigo llamado Lázaro, que recogía las migajas que caían de las mesas. Cuando el mendigo murió, fue llevado al seno de Abraham, y cuando el rico murió, fue llevado al lugar de tormento. Sofocado por las llamas, el rico le suplicó al Padre Abraham que enviara a Lázaro para advertir a sus hermanos menores que no fueran a ese horrendo lugar. Pero Abraham le respondió que para eso tenían las Escrituras.
En el Salmo 19:7a leemos: «La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma». Lo que el Padre Abraham le dice categóricamente al rico es: si la Biblia no convence a los hombres de sus pecados, entonces ninguna otra cosa lo hará, aunque vean a un muerto resucitado. La Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo y su propósito fundamental es conducir al pecador a Cristo. Fue Abraham Lincoln quien dijo: «Creo que la Biblia es el mejor don que Dios haya dado a los hombres».
Dios te ha dado su Palabra escrita para que la conozcas y seas salvo, y para que la obedezcas y seas santo. El creyente debe predicarla con plena libertad y confianza, creyendo que jamás volverá vacía, que será como una semilla plantada en el corazón, la cual producirá muchos frutos para la vida eterna. El predicador no necesita adornar ni edulcorar la Escritura, pues es perfecta; no puedes mejorarla, ni siquiera con el testimonio de un muerto resucitado. Recuerda que la Biblia dice: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa» (Hechos 16:31).
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
No hay comentarios
Publicar un comentario