IGNORANTES E INCRÉDULOS
IGNORANTES E INCRÉDULOS
«Jesús contestó: —El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios» (Mt 22:29 NTV).
En este capítulo, Jesús se enfrenta a feroces oponentes, fariseos y saduceos, quienes lo acosaban con preguntas capciosas sobre el impuesto a Roma y la resurrección. Jesús les respondió citando únicamente y de manera categórica las Sagradas Escrituras. No recurrió a Confucio, Buda ni Platón para responder a sus interlocutores, porque la Biblia es la fuente de todo conocimiento y sabiduría. En ella podemos disipar nuestra ignorancia y encontrar las respuestas correctas a las preguntas más intrincadas de la vida y la eternidad.
Mientras los fariseos añadían a la Biblia, los saduceos restaban de ella, y ambos caían en el error y la incredulidad. Martín Lutero, el gran reformador alemán, dijo: «Los escritos de hombres mortales nunca podrán compararse con lo divinamente inspirado. Debemos ceder el lugar de honor a los profetas y apóstoles, manteniéndonos en actitud humilde a sus pies mientras escuchamos sus enseñanzas. En esta época tempestuosa, no quisiera que los que leen mis libros les dedicaran momentos que de otra manera podrían emplear en la lectura bíblica».
Por su parte, Dwight Moody, el famoso predicador estadounidense, escribió en una ocasión: «Lo que necesitamos hoy son hombres que crean en la Biblia, desde la coronilla hasta las plantas de sus pies; que crean en toda ella, tanto en lo que entienden como en lo que no comprenden». Así fue Jesús precisamente, quien conoció, creyó y utilizó las Sagradas Escrituras para acallar la ignorancia de estos "sabios", que con palabras grandilocuentes intentaban sin éxito atrapar al Mesías.
La noticia prominente de hoy es que Dios es el autor intelectual de la Biblia, y en ella expresa claramente su gran amor y su maravilloso plan para tu vida. Por tanto, te animo a que leas y medites regularmente en la Escritura, porque así harás prosperar tus caminos y todo te saldrá bien.
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
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