EL ESCULTOR GENIAL
EL ESCULTOR GENIAL
«Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre» (Lc 4:1-2 DHH).
Jesús de Nazaret estuvo lleno del Espíritu Santo desde el día de su concepción hasta el día en que fue recibido en gloria. El Padre encomendó al Espíritu la formación del carácter de su Hijo, y este hizo un trabajo magnífico, porque la personalidad de Jesús es la más hermosa, amable y tierna que existe en todo el universo. No hay nadie como Él. Inmediatamente después de su bautismo, Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto de Judea, para enfrentar una serie de adversidades en sus ardientes dunas de arena.
Jesús demostró humildad en su bautismo en las aguas del río Jordán, pues Él era el Creador y Juan, la criatura. Además, Jesús se colocó en la fila junto a los transgresores de la ley, sin tener ningún pecado que confesar ni falta de la cual arrepentirse. Ahora lo vemos en medio del desierto, sometido completamente a la voluntad de su Padre y a la guía del Espíritu. El Diablo, un ser real y perverso, desea robar, matar y destruir a todos los seres humanos. Es tan osado que pretendió hacer caer al mismo Hijo de Dios. Lo tentó en tres ocasiones, en cuanto a los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida; y Jesús salió victorioso citando las Sagradas Escrituras en cada ocasión.
Después de los cuarenta días de tribulación en el desierto, Jesús añadió una gloria a su precioso carácter: la gloria de humillarse a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. El Espíritu Santo guió sus pasos desde el pesebre de Belén hasta la cruz de Jerusalén. Por eso, «Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre» (Fil 2:9-11).
La noticia prominente para hoy es: Dios es fiel, siempre estará a tu lado, jamás te dará una carga ni un gramo más pesada de lo que puedes resistir, y siempre te dará la salida correcta. El Espíritu Santo que mora en ti no procura hacer una mejor versión de ti mismo, sino algo infinitamente más bello y sublime: transformar tu carácter de gloria en gloria a la imagen del carácter manso y humilde de Jesucristo, para la gloria del Padre. Amén.
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
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