EL INTRÉPIDO DANIEL

EL INTRÉPIDO DANIEL

«Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará» (Dn 12:4 RV60).

Daniel fue un siervo fiel del Señor, que sirvió como profeta durante toda su vida en las cortes de los reyes babilonios y persas. Su libro, cuyo tema central es "los justos triunfan al final", ha sido fuente de ánimo y consuelo para millones de creyentes perseguidos a lo largo de la historia. El libro de Daniel enseña que los reinos del mundo le pertenecen a Yahweh y que Él los entrega a quien Él elige. En sus relatos se demuestra que la historia no pertenece a los poderosos de la tierra, sino que es escrita por aquellos hombres y mujeres que aman a Dios por sobre todas las cosas y buscan fervientemente hacer su voluntad.

Daniel fue un profeta ejemplar, pues su testimonio de vida es profundamente inspirador. Aunque sufrió el exilio, la pérdida de su familia, su identidad y, finalmente, su virilidad, nunca se quejó de Dios ni consideró sus desventuras sin propósito. Su carácter permaneció inquebrantable, demostrando una espiritualidad transparente y una madurez extraordinaria en casi siete décadas de ministerio profético, sirviendo en las cortes de al menos cinco emperadores mundiales: Nabucodonosor, Nabonido, Belsasar, Darío y Ciro. Daniel siempre fue un hombre íntegro, leal, valiente, confiable, veraz y servicial. En mi opinión, después de Jesús y Juan el Bautista, Daniel es el tercer mejor modelo de vida entre los personajes bíblicos.

Sesenta y nueve semanas proféticas destinadas a Israel ya se han cumplido, pero la semana setenta aún permanece sellada, esperando que se cumpla "el tiempo de los gentiles". En ese momento se manifestará la espantosa y terrible bestia, el Anticristo, el último gran y terrible emperador gentil de todos los tiempos, que someterá a Israel a una brutal tiranía política y económica, acompañada de una feroz persecución religiosa, tal como lo hizo Antíoco Epífanes, el arrogante y perverso rey griego seléucida del siglo II a.C.

Esa "semana setenta" de la cual profetizó Daniel es una realidad. Jesús y los apóstoles la describen como los siete años de gran tribulación para Israel y el mundo entero, que comenzará con el arrebatamiento de la iglesia y culminará con la parusía de Jesucristo. La semana setenta puede comenzar hoy mismo, porque si las sesenta y nueve semanas ya se han cumplido al pie de la letra, ¿por qué dudaríamos del cumplimiento futuro de la setenta? La razón por la que no ha ocurrido todavía es que Dios te está regalando un día más de gracia para que te arrepientas de tus pecados y creas en Jesús como tu Salvador. Los cristianos de todo el mundo podemos desaparecer hoy. ¿A quién eliges: a Cristo o al Anticristo? ¿Estás preparado para irte con Él o te quedarás con el Otro?

—Carlos Humberto Suárez Filtrín