DIOS ES UN AMIGO FIEL
DIOS ES UN AMIGO FIEL
«Job, te mereces la pena máxima por tu manera malvada de responder. Pues a tu pecado has añadido rebelión; no muestras ningún respeto y dices muchas palabras de enojo contra Dios» (Job 34:36-37 NTV).
Eliú, el más joven de los amigos de Job, da un paso más en la acusación de culpabilidad que ha pronunciado contra él. Sugiere que, además del pecado inicial por el cual Dios lo ha castigado tan severamente, hay que añadir otro más: rebelión. Es decir, que Job ha acusado a Dios de ser injusto y arbitrario. Eliú cree que el discurso de Job es pura tontería que solo demuestra su necedad.
Job cree que Dios existe, pero se pregunta: ¿Dónde está? Job cree que Dios es justo, pero se pregunta: ¿por qué guarda silencio y no acude en su defensa? Job cree que Dios es imparcial, pero se pregunta: ¿por qué los perversos y malvados viven bien? Job cree que Dios es bueno, pero se pregunta: ¿por qué está sufriendo tanto? Job cree que Dios es sabio, pero se pregunta: ¿por qué nada tiene sentido? Job cree que Dios es Todopoderoso, pero se pregunta: ¿por qué todo es un caos?
Cuestionar el accionar de Dios con reverencia es completamente legítimo y forma parte de las relaciones entre amigos. Las preguntas demuestran que Job consideraba a Dios como su amigo personal e íntimo, quien lo escucharía con interés, consideraría su situación y le daría una respuesta coherente. El salmista también se preguntó: «¿Por qué me rechazas, Señor? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?» (Sal 88:14 NVI). Y Jesús también le preguntó a su Padre: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27:46 DHH).
Las pruebas son hermosas porque purifican y fortalecen la fe de los creyentes. No debemos sorprendernos ni atemorizarnos cuando nos encontremos en medio de ellas. Oigamos el consejo del profeta Isaías y no tropezaremos jamás: «Si caminan en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíen en el Señor y dependan de su Dios» (Is 50:10b NTV). Dios es nuestro amigo fiel y ha prometido estar con nosotros todos los días. Amén.
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
No hay comentarios
Publicar un comentario