SAÚL VERSUS JONATÁN
SAÚL VERSUS JONATÁN
«Saúl trató de clavar a David en la pared con una lanza que tenía en la mano, pero David la esquivó, quedando la lanza ensartada en la pared. Así que David escapó esa misma noche» (1 S 19:10 PDT).
La narrativa bíblica evidencia que todos sus personajes, sean grandes o pequeños, experimentan un constante proceso dialéctico entre adorar y servir a Dios o inclinarse hacia los ídolos. En este sentido, Saúl se erige como una destacada representación de la lucha que enfrenta el creyente en Jesucristo entre la carne y el espíritu. Saúl fue un creyente de naturaleza carnal, quien, al encontrarse en encrucijadas morales o espirituales, optaba por obedecer su propio sistema ético y resguardar su propio bienestar en lugar de cumplir la voluntad de Dios y seguir Sus mandamientos.
Los conflictos de Saúl fueron persistentes y famosos, ya sea con Dios, Samuel, Goliat, David, Mical y consigo mismo. Sin embargo, ahora se encuentra en conflicto con su primogénito Jonatán, y la disputa gira en torno a David. Inicialmente, Saúl empezó sintiendo amor y admiración por David, pues éste tocaba el arpa para él en momentos de depresión y además había derrotado a Goliat, su adversario más formidable. Sin embargo, a medida que David ganaba en renombre y notoriedad, Saúl veía su crecimiento con desagrado.
Miguel de Cervantes afirmó: «La rabia de los celos es tan fuerte que fuerza a hacer cualquier desatino». Esta cita se aplica perfectamente a la actitud que adoptó el rey Saúl contra David, aunque Jonatán se había convertido en un amigo íntimo y leal de David. Saúl cuidaba del reinado de su hijo Jonatán, pero Dios ya lo había rechazado. Jonatán se esforzaba por ser fiel al pacto con David, ya que sabía que Dios lo había elegido como rey sobre Israel.
La noticia que salta a nuestros ojos es que Dios te ama profundamente y sus propósitos para tu vida son geniales. Dios no busca simplemente mejorar tu versión actual, sino que aspira a realizar algo infinitamente superior: transformarte a la imagen del carácter impecable de Jesús, quien fue el hombre más tierno y amable que haya caminado sobre este planeta. Entonces, ¿estás dispuesto a permitir que el Espíritu Santo lleve a cabo esta obra en ti?
–Carlos Humberto Suárez Filtrín
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