UNA ESTACA EN LA SIEN
UNA ESTACA EN LA SIEN
«¡Bendita seas Jael, esposa de Heber el quenita! ¡Bendita entre todas las mujeres de Israel!» (Jue 5:24 TLA).
Sísara fue el comandante del ejército de Jabín, un rey cananeo de Hazor, que poseía novecientos carros de guerra hechos de hierro y había oprimido sin piedad a los israelitas durante veinte años. Débora, la esposa de Lapidot, era una virtuosa profetiza que ejercía como jueza sobre Israel en ese tiempo. Inspiró a Barac, de la tribu de Neftalí, para reunir un ejército de diez mil hombres de las tribus de Zabulón y Neftalí en el monte Tabor y enfrentar a Sísara junto al río Cisón. Cuando Barac atacó, el Señor llenó de pánico a Sísara y a todos sus guerreros, lo que lo llevó a saltar de su carro y escapar despavorido. Barac persiguió entonces a los enemigos de Israel y aniquiló a todos los guerreros de Sísara.
Sísara corrió hasta la tienda de Jael, esposa del ceneo Heber, porque esta familia se mantenía neutral en el conflicto. Una vez dentro de la carpa, ella lo cubrió con una manta y le ofreció leche de una bolsa de cuero. Cuando el cayó dormido por el agotamiento, Jael se acercó en silencio y le clavó una estaca en la sien con un martillo. Con este acto heroico, Jael adoptó la causa del pueblo de Israel como propia. Cuando Barac llegó en busca de Sísara, Jael le mostró el cuerpo muerto del comandante tendido en el suelo con la estaca atravesada en su sien. Así, Israel se fortaleció cada vez más contra el rey Jabín hasta lograr su destrucción.
Las rutas principales del país se habían vuelto peligrosas para los comerciantes y transeúntes, y las aldeas se estaban vaciando gradualmente debido a la amenaza constante de rapiña por parte de Sísara y sus secuaces. Por lo tanto, Jael le dio a Sísara exactamente lo que merecía: no misericordia ni una segunda oportunidad, sino una estaca en la sien. Entonces, Débora y Barac elogiaron a Jael con estas palabras: «La más bendita entre las mujeres es Jael, la esposa de Heber, el ceneo. Bendita sea más que todas las mujeres que viven en carpas» (Jue 5:24 NTV).
La noticia destacada de hoy es que Dios desea que te liberes de todos los enemigos que amenazan tu alma, tu integridad física, la prosperidad de tu familia y la seguridad nacional de tu país. Para este propósito, Dios ha provisto una armadura especial para que te defiendas adecuadamente y ataques eficazmente. Al utilizar esta armadura, te convertirás en un verdadero campeón, al igual que lo fueron Débora, Barac y Jael. Sin embargo, necesitas ser dócil a la voz del Espíritu Santo y audaz al obedecer los mandamientos de la Palabra de Dios. La misma decisión que Jael tuvo que tomar entre apoyar a Barac o a Sísara, también la debemos tomar nosotros en la actualidad. Recuerda que la causa de Sísara está destinada al fracaso, mientras que la causa de Barac es duradera y perdurable. Bendecir a aquellos a quienes Dios bendice es un acto de valentía y sabiduría.
–Carlos Humberto Suárez Filtrín
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