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SALVOS, SABIOS Y SANTOS


«El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina» (Proverbios 1:7 NTV).

El libro de Proverbios pertenece a la sección de Libros Poéticos y Sapienciales del Antiguo Testamento. La sabiduría proverbial comienza con la sentencia que la base del verdadero conocimiento es el 'temor del Señor'. La mística y escritora española, Teresa de Jesús, dijo: «Quien a Dios teme, nada le falta. Sólo Dios basta». Por lo tanto, la actitud de rendición de todo lo que somos, sabemos y tenemos al señorío de Dios, es lo que nos lleva hacia el entendimiento veraz de todas las cosas.
El libro de Proverbios hará la distinción entre la actitud y el comportamiento de los sabios y de los necios, siendo estos últimos los que mostrarán un desprecio indigno por la sabiduría divina y la disciplina humana, dos ingredientes fundamentales para una vida plena y productiva. Como dice aquel adagio de origen español: «Conviene ceder el paso a los necios y a los toros», porque la necedad humana es temeraria y peligrosa. El poeta persa del período medieval, Muslih Ud Din Sa’di, escribió: «Temo a Dios y después temo principalmente al que no le teme».
¿Cómo es que el ‘temor del Señor’ se constituye en la base del conocimiento humano? Meditemos por un momento en la necedad de algunos ricos: «Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”» (Lucas 12:19-20 NVI). Este rico tuvo la ‘inteligencia’ para negociar y amasar una fortuna, pero no para meditar en la brevedad de la vida y en el juicio al final de ella.
‘Temer a Dios’ es una decisión que tomamos diariamente, cuando sometemos todo nuestro ser—espíritu, alma y cuerpo—al señorío de YHWH, reconociendo que Él es el Señor de todos y de todo, y que no somos más que administradores de la vida, los talentos y los bienes que poseemos. Leamos, meditemos y obedezcamos las Sagradas Escrituras, porque en ellas encontramos la exacta revelación de Dios en su Hijo Jesucristo. ¡Creamos en Jesús y seremos salvos, conozcamos a Jesús y seremos sabios, imitemos a Jesús y seremos santos!
—Carlos Humberto Suárez Filtrín

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