PAZ BAJO SUS ALAS
«Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso. Declaro lo siguiente acerca del Señor: Sólo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi Dios y en él confío» (Salmos 91:1 NTV).
El Salmo 91, cuya autoría se le atribuye a Moisés, es uno de los cánticos más bellos del salterio bíblico, que ha llevado abundante consuelo y esperanza a los corazones temerosos y atribulados de los creyentes en todo el mundo. Moisés, el gran libertador del pueblo de Israel, experimentó en vida propia la todopoderosa protección de YHWH y la paz que se produce en el alma al vivir bajo las alas del Altísimo.
La vida cristiana no está exenta de peligros y adversidades, por esa razón no debemos ni sorprendernos ni atemorizarnos cuando nos encontremos en medio de las tribulaciones. El salmista habla de las trampas en el camino, las flechas del día, los horrores de la noche y de las enfermedades mortales a las que estaba expuesto constantemente, y de todas ellas lo libró Dios. Moisés vio caer a miles a diestra y siniestra, pero Dios guardó de todo mal su vida y la de su familia.
El hijo de Dios fue llamado a paz, no a estrés. Vivir afanado por los bienes de este mundo o angustiado por las amenazas del enemigo de nuestras almas, es completamente inútil y perturbador, porque si Dios protege y guía a sus hijos, ¿quién podrá amenazar contra sus vidas u oponerse a los propósitos de Dios para ellos? El alma de los creyentes está en las mejores manos del Universo, en las manos tiernas y poderosas de Dios. Allí el cristiano vive seguro y en paz, aun en medio de la tormenta.
Carlos Humberto Suárez Filtrín
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