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BONANZA


«Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará» (Salmos 37:4-5 NTV).

Esta es una de las declaraciones más audaces que alguna vez haya pronunciado el rey David, la cual demuestra su gran amor y confianza en el Dios de Israel. En primer lugar, David nos presenta el alma cautivante de Dios, que anhela ser explorada y admirada, como un lugar maravilloso donde el adorador pueda deleitarse en su misteriosa profundidad y en su exuberante belleza.

En segundo lugar, David nos asegura que Dios, quien conoce las aspiraciones más recónditas de nuestro corazón, nos otorgará todo aquello que ansiamos y que estén en sintonía con sus sabios propósitos, porque es un principio universal y eterno: «el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre». Es por esa razón y por ninguna otra que, después de tres mil años de historia, miles de personas en la actualidad se llaman «David» en honor de este insigne personaje bíblico, cuya mayor proeza fue negarse a sus propios sueños y cumplir los sueños de Dios para su vida. ¡David hizo la voluntad de Dios y por eso su nombre permanece para siempre!

En tercer lugar, David nos invita a que, con absoluta confianza, le entreguemos a Dios todo lo que hacemos. Confiar en uno mismo es vanidad y confiar en otros es necedad. Con absoluta certeza David nos insta a confiar únicamente en la gracia de Dios para ser auxiliados y prosperados en todos nuestros asuntos (personales, familiares, laborales, ministeriales, etc.). En concordancia con el precioso mensaje de este salmo, Miguel de Cervantes escribió una vez: «Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas».

Por lo tanto, aunque tus esperanzas de dicha y superación estén áridas como un desierto, confía en el Señor con todo tu corazón y mantente firme con todas tus fuerzas en sus promesas, que Dios hará reverdecer como la primavera tu porvenir y verás que en tu vida reinará la bonanza.

—Carlos Humberto Suárez Filtrín

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