FRÁGIL Y EFÍMERA

"Haznos entender que la vida es corta, para así vivirla con sabiduría" (Salmos 90:12 - PDT).

El domingo 26 de enero recién pasado, el maravilloso mundo del deporte quedó sensiblemente consternado por la trágica noticia que, Kobe Bryant, exbasquetbolista de Los Ángeles Lakers, falleció junto a su hija Gianna y otras siete personas, en un accidente aéreo en la localidad de Calabasas, California.

Ahora bien, los amantes del fútbol se preguntan si Maradona o Messi, y los apasionados del baloncesto se preguntan si Jordan o Bryant. Y es que, aunque no seas fan de los Lakers, no puedes negar que Kobe fue un extraordinario jugador con un palmarés excepcional: en veinte años de carrera profesional ganó cinco anillos de campeón de la NBA, un premio MVP, dos MVP's de las finales y diecisiete participaciones en el All Star, tercer máximo anotador de la historia de la NBA y el mayor anotador de la historia de los Lakers. Bryant reúne con creces los méritos necesarios para ser considerado uno de los mejores basquetbolistas de todos los tiempos.

Con razón afirmó el salmista que la vida humana es frágil y efímera, así como la flor silvestre que brota en la mañana y se marchita por la tarde. La excelente condición física y la salud que gozaba Kobe a sus 41 años, la fama y la fortuna que había alcanzado en toda su carrera, no pudieron evitar su repentina muerte en aquel funesto percance.

Por lo tanto, busquemos constantemente el consejo de la Palabra de Dios para invertir nuestras vidas sabiamente y meditar seriamente en las palabras de Jesús: "¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?" (Mateo 16:26 NTV).

-Carlos H. Suárez F.