SERVIR CON HUMILDAD
“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14).
¿A dónde irías en primer lugar si estuvieras proclamando que el reino de Dios se ha acercado a los hombres? Pues Jesús después de su bautismo por Juan el Bautista en el río Jordán, se dirigió a Galilea, una región que estaba situada a unos cien kilómetros al norte de Jerusalén. Ahora bien, había tres ciudades muy importantes en las cuales Jesús pudo hacer su debut como Mesías: Atenas (la capital intelectual), Roma (la capital política del imperio) y Jerusalem (la capital religiosa). Pero Jesús se fue a Galilea, la región que los judíos miraban con desdén (Juan 7:52).
El profeta Isaías escribió que Galilea era una región de oscuridad y angustia, donde habitaban los “perros” gentiles (Isaías 9:1). Los fariseos, que se preciaban de ser teológica y racialmente inmaculados, evitaban el contacto social con los galileos y rehusaban comer con ellos. Llamar a Jesús “galileo” no era ningún halago, sino un mote despectivo. Así que Jesús demostró su humildad al escoger a Galilea como la región principal donde desarrollar su ministerio mesiánico.
Jerusalem era la ciudad ideal porque allí estaba el gran templo, el sacerdocio y el sanedrín, las tres grandes instituciones de la religión judía. Jerusalem había alcanzado renombre a nivel mundial, como el lugar de adoración al Dios vivo y verdadero. Sin embargo, Jesús escogió una región menospreciada y sumida en las tinieblas, para alumbrarla con las buenas noticias del incondicional amor de Dios para los pecadores.
Así que, Jesús sirvió con humildad y no con el interés de hacerse famoso, rico o poderoso. Eso significa que aunque ministres en Galilea, si lo haces con humildad y en total dependencia de Dios, tu ministerio brillará y será de bendición a muchos.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Junio 30, 2019
2 Crónicas 26-28
Hechos 8:26-40
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