SER, NO PARECER
"Porque el hombre digno de aprobación no es el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba" (2 Corintios 10:18 DHH).
Jesús de Nazaret ha sido la persona más íntegra y transparente que ha pisado esta tierra. Jesús fue un santo y no un santurrón. Él amaba a la gente e interactuaba con ella de manera muy honesta. A Jesús le interesaba agradar a su Padre y no a los líderes religiosos o al público en general. Jesús vivía con su espíritu en paz "porque yo hago siempre lo que le agrada" (Juan 8:29).
Hablando de la manera intachable como Jesús se relacionaba con la gente, Albert Nolan, dijo: "Él no tenía temor de provocar un escándalo, de perder su reputación o de perder su vida. Todos los hombres religiosos, incluyendo a Juan el Bautista, se escandalizaban de la manera con la que él mantenía relaciones sociales con los pecadores, y con la manera con la que parecía disfrutar de su compañía. Jesús no modificó su conducta en ningún punto para obtener prestigio ante los demás, ni siquiera en lo más mínimo. Él no buscaba la aprobación de nadie, ni siquiera la de Juan, el más grande hombre nacido de mujer".
Bill Cosby, dijo: "No tengo la receta para ser feliz, pero sí tengo la receta para ser infeliz: tratar de agradar a todos". Y es que vivir pendiente del "qué dirán" los demás es muy desgastante y estresante. Las gentes son muy volubles: El domingo le gritaban "¡hosanna!" y el viernes le gritaban "¡crucifícale!".
Jesús fue auténtico y lo auténtico prevalece. Jesús siguió este principio: Si a Dios le agrada, lo haré sin ningún temor ni complejo porque es lo correcto, aunque todos los demás me critiquen. Si a Dios no le agrada, no lo haré porque no es correcto, aunque todos los demás me animen a hacerlo. Y ¿cómo puedes saber lo que a Dios le agrada? ¡Lee y medita en la Biblia!
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Junio 24, 2019
2 Crónicas 8-10
Hechos 5:17-42
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