NEYMAR VA EN PICADA
“No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes” (1 Juan 2:15 NTV).
Neymar da Silva Santos Júnior es un futbolista brasileño de 27 años, tiene un hijo de 7 años y va a llegar al mundial de Qatar en el 2022 con 30 años. El pasado 6 de marzo cumplió 10 años de carrera profesional. Es el capitán de la selección brasileña de fútbol, 5 veces campeona del mundo. El PSG pagó 222 millones de euros al Barcelona FC por sus servicios, el fichaje más caro de la historia.
Pero Neymar, como lo dice el periodista Fernando Kallás, “ha perdido el control total de su carrera”. Hace unos días atrás, en tan solo 24 horas, Neymar comete dos grandes errores impropios de un atleta de su nivel: primero, la UEFA le sancionó con 3 partidos de suspensión por haber insultado al árbitro que dirigió el partido entre el PSG y el Manchester United, y segundo, tras perder la final de la Copa de Francia entre el Rennes y el PSG, le aparta el celular de la mano y le dio un puñetazo a un hincha que le grito “debes aprender a jugar al fútbol”.
Pero a los escándalos que han ocurrido últimamente en la vida de Neymar, les podemos añadir sus viajes a Brasil para los carnavales, sus bacanales (extravagancia y libertinaje) privadas, sus agresiones fingidas en los partidos, sus impagos al Ministerio de Hacienda, su amor por el dinero, las peleas y los amoríos de su padre, sus peleas con los árbitros y compañeros de equipo, etc. Sin embargo, lo peor de esta historia es que Neymar es cristiano: ¡mal testimonio para Brasil y peor testimonio para el evangelio!
Neymar asistió a la Iglesia Bautista desde niño. En mayo de 2015, Neymar fue noticia con su banda “100% Jesús” en la cabeza, repitió este mismo gesto en el 2016, cuando Brasil ganó en los Juegos Olímpicos. En 2017 declaró: “La religión lo es todo para mí. Dios es todo lo que tengo”. Neymar no sabe que Elvis Presley, Whitney Houston, Miley Cyrus y muchos otros jóvenes talentos cristianos, ya quisieron desafiar la ley de la gravedad espiritual y han fracasado.
Y es que Neymar comprueba por enésima vez que las riquezas y la fama de este mundo nos ponen en enemistad con Dios y además son venenos para la felicidad de los jóvenes cristianos. Sin embargo, ahora mismo hay millones de padres cristianos que, sin pensarlo dos veces, darían un riñón y algo más para que sus hijos e hijas fuesen como él. Medita en esto: Sansón nació con su estrella al lado y terminó estrellado. Neymar va por el mismo rumbo, va en picada hacia el precipicio. Pobre niño rico, Dios quiera que encuentre pronto el regreso a casa.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Mayo 1, 2019
2 Samuel 1-2
Lucas 22:1-30
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