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¡HASTA PRONTO!

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“Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven” (Lucas 20:38).

Todos los seres humanos empezamos a existir en el útero de nuestras madres, pero no dejaremos de existir jamás. Cuando Dios se le presentó a Moisés en el desierto, le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre [Amram], Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob” (Éxodo 3:6). Abraham vivió 175 años, Isaac vivió 180 años y Jacob vivió 147 años. Todos ellos murieron y sus cuerpos fueron enterrados en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, pero sus almas están vivas delante de Dios.

Ayer fuimos en familia a ver y disfrutar de la magnífica producción cinematográfica “Avengers: Endgame”, y la resurrección de los muertos es uno de los temas principales que desarrolla la saga. Y es que amamos a nuestros familiares y amigos, y nos duele profundamente su partida. Daríamos lo que fuera por volver a verlos y platicar con ellos, saber que están bien y que nos recuerdan todavía. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez, si volverá a ver a sus seres amados y cómo se relacionará con ellos en el más allá?

Bueno, aquí podemos encontrar algunas pistas: cuando Jesús se transfiguró delante de Pedro, Jacobo y Juan, estaban con él Moisés y Elías, y los discípulos los reconocieron. Pero ¿cómo pudieron reconocerlos, si Moisés vivió 1500 años antes y Elías 700 años antes que ellos? Parece que cuando estemos en la gloria todos nos reconoceremos automática e instantáneamente, como si nos hubiésemos conocido por siempre, pero sin ningún recuerdo relacionado con el pecado.

La forma en que Jesús se relacionó con sus discípulos después de su resurrección es clave para entender cómo serán nuestras relaciones interpersonales en el cielo. Jesús se les apareció exactamente como lucía antes de su muerte en la cruz. Su cuerpo era tangible y su voz audible. Su plática era coherente: Jesús les recordó lo que les había dicho antes y les enseñó muchas otras cosas acerca del reino de Dios.

Un día los cuerpos de todos los que murieron en Cristo serán resucitados gloriosos. Ellos están con Dios en espíritu, pero sus cuerpos están pulverizados en la tierra. La única manera de volver a ver a nuestros seres amados en el más allá es creyendo en Cristo para salvación. Cuando tú despides a tu ser querido que ha muerto sin Cristo le dices “adiós”. Pero, cuando la persona que entierras ha creído en el Señor, solamente le dices “¡hasta pronto!”.

-Carlos H. Suárez

Plan de lectura de la Biblia completa en un año:

Mayo 2, 2019
2 Samuel 3-4
Lucas 22:31-62

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