YO GANARÉ UN MUNDIAL DE FÚTBOL PARA TI (SEGUNDA PARTE)
...viene de ayer
Cuatro años después, en el Séptimo Campeonato Mundial de Fútbol disputado el año 1962 en Chile, aunque Pelé se lesionó en el segundo partido y no pudo continuar jugando, la selección de Brasil consigue el bicampeonato al ganarle a Checoslovaquia 3 a 1 en la final. Era el segundo mundial que Pelé conseguía para su padre, después de aquella tristeza sufrida por el maracanazo del 1950.
Pero ahí no termina esta impresionante historia. En el Noveno Campeonato Mundial de Fútbol realizado el año 1970 en México, Pelé jugó con la selección su tercer campeonato mundial. El partido final lo ganó Brasil por 4 a 1 a Italia. Pelé se hizo presente anotando el primer gol y haciendo las asistencias para el tercer y el cuarto gol de su equipo. De esta manera, la promesa que este niño había hecho a su papá se cumplía por tercera vez, Pelé ganaba su tercer mundial de fútbol para su padre.
Y así podríamos seguir página tras página, pues el palmarés de este futbolista es impresionante, siendo elegido por la FIFA en el año 2000, como el mejor futbolista de todos los tiempos. Hoy es conocido en el mundo entero como El rey del fútbol, y siempre que se habla de fútbol se hace alusión a Pelé, el hombre que ha dominado como ningún otro este deporte. Nació en un pueblo llamado Três Corações y fueron Tres Copas Mundiales que ganó y dedicó a su padre. ¡Qué sublime coincidencia!
Qué hermosas son las historias de personas que se trazan metas en la vida y con pasión se dedican a luchar por ellas hasta conseguirlas. En el primer siglo de la era cristiana, el gran apóstol Pablo, dijo: “Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo” (Filipenses 3:10). En el siglo XVIII, Jonathan Edwards, un famoso predicador, dijo: “Se ha determinado que el hombre viva para la gloria de Dios. Yo he determinado vivir para ella, sea que los demás lo hagan o no”. A las personas que no tienen una visión clara en su vida se les aplica el dicho popular que reza de la siguiente manera: “El que a nada le apunta, a nada le acierta”.
Pero debemos tener en cuenta que todos los éxitos en esta vida son pasajeros, los cuales un día se marchitarán y serán archivados. Al igual que el apóstol Pablo y que Jonathan Edwards, debemos vivir para Cristo con pasión. Llegar a dominar un deporte es un logro muy bueno, pero cumplir con el propósito con el que fuimos creados por Dios, es muchísimo mejor. La tragedia más grande de un ser humano no es morir, la tragedia más grande es no tener una visión para vivir.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Marzo 2, 2019
Números 17-19
Marcos 8:14-38
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