NAUSEAS DE DIOS
“Él es nuestro protector; sus obras son perfectas, sus acciones son justas. Es el Dios de la verdad, en él no hay injusticia; ¡él es justo y verdadero!” (Deuteronomio 32:4 DHH).
La verdad es la esencia del carácter santo de Dios. En el
carácter santo de Dios convergen todos los aspectos que engloba la verdad:
fidelidad, integridad, honestidad y confiabilidad. Así define las Sagradas Escrituras
a Dios: “El Dios de la verdad”. Y uno de los salmistas añade un detalle
importante: “Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo…” (Salmos 51:6ª).
El pecado por definición es la ofensa de pensamiento, de
palabra o de acción que los seres humanos podemos hacer en contra del carácter
santo de Dios. En Proverbios 6:16-19, un pasaje que ya hemos analizado anteriormente
dice: “Seis
cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua
mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que
maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el
testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre
hermanos”.
Es muy interesante notar en este pasaje de Proverbios, que de
las siete conductas pecaminosas que “aborrece” Dios, al parecer tres de ellas, “la
lengua mentirosa”, “el testigo falso que habla mentiras” y “el que siembra
discordia entre hermanos”, tienen una relación directa con afrentar la verdad. La
mentira se define como “la acción de decir deliberadamente lo contrario de lo
que se sabe, se cree o se piensa que es verdad con el fin de engañar a alguien”.
Pero ¿en serio se ofende Dios cuando mentimos? Según este
fragmento bíblico, sí. El término “abominación” (“asquear”, “provocar nauseas”)
describen la reacción de Dios ante ciertas conductas humanas detestables y, la
principal de ellas, la mentira. Me voy a permitir hacer una paráfrasis propia
de estos versículos: “Nuestras mentiras son tan repugnantes, que a Dios les dan
ganas de vomitar cuando las oye”. Dios aborrece el pecado, pero la mentira en
especial le es repulsiva en extremo.
Nuestro mundo tan deteriorado moralmente requiere que los
cristianos hagamos con urgencia un nuevo compromiso delante de Dios: de apartar
la mentira de nuestros labios y hablar verazmente conforme a su Palabra. Devolvamos
a la verdad su estatus de virtud codiciable, para la gloria de Dios y para salud
de la convivencia humana.
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Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Marzo 12, 2019
Deuteronomio 3-4
Marcos 14:1-25
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