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BRILLANTE COMO EL ORO

Crisoles para Fundición | Somos Expertos | CEFIRE

“Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca” (1 Pedro 1:7 DHH).

El Padre te ha dado su Espíritu para dirigir el proceso de crecimiento y purificación de tu fe. Jesús es tu modelo perfecto de fe. Jesús atravesó por todas las pruebas sin desdeñar ninguna. La fe de Jesús creció y se purificó por medio de las pruebas que el Espíritu sabiamente le preparó de antemano. Así que las pruebas son inevitables.

En su famoso libro “Mero Cristianismo”, C. S. Lewis explica que las enfermedades, dificultades económicas y tentaciones, son las estrategias que “Dios usa para forzarnos hacia adelante, o hacia arriba, a un nivel más alto, poniéndonos en situaciones donde tendremos que ser más valientes o más generosos, porque aún no hemos tenido ni la más remota noción de la grandeza de lo que Él quiere hacer de nosotros”.

Por lo tanto, aunque son difíciles y dolorosas, las pruebas son hermosas y traen propósitos maravillosos para tu vida. La grandeza de la que habla Lewis no tiene que ver con riquezas o títulos académicos, sino con una fe robusta, brillante como el oro y que da mucho fruto. A Dios le place ver a sus hijos superar las pruebas, confiando en Él y en sus promesas, pues la fe agrada a Dios.

Los héroes que son mencionados en Hebreos 11 no la tuvieron fácil, pues ellos forjaron su fe en el crisol de las pruebas: infamias, angustias, pobreza, azotes, persecución, cárceles y muerte. Ellos ocupan un lugar exaltado en la historia por haber creído y descansado en Dios en medio de las tormentas. Porque, así como la cruz hizo de Jesús el ser más sublime del Universo, así también las pruebas mostrarán de ti las virtudes más excelsas de tu carácter.

- Carlos H. Suárez

Plan de lectura de la Biblia completa en un año:

Marzo 30, 2019
Josué 9-10
Lucas 6:27-49

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