¡PIDAN A GRITOS!
"Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo" (1 Pedro 2:2 NTV).
Quienes han tenido bebés recién nacidos en casa se habrán dado cuenta que ellos, cuando tienen hambre, lloran y su carita se enrojece pidiendo a gritos que le den su biberón. No entienden razones ni argumentos, nada les interesa ni les distrae, ellos sólo quieren comer.
El término desead (en griego ἐπιποθέω) es muy enfático, se puede traducir "anhelar intensamente obtener algo (legal o ilícitamente)". En otras palabras, la ansiedad que sienten los neonatos saludables por alimentarse de leche es tan potente, que si ellos pudieran delinquir para obtenerla, lo harían.
De igual manera, los creyentes cuya salud espiritual es estable y cuyo proceso de crecimiento es normal, desean fervientemente alimentarse de la Palabra de Dios. ¿Y por qué desean hacerlo con tal vehemencia? Pues las Escrituras nos hablan de Cristo y nuestra naturaleza humana es nativa a Él, necesita conocerle, relacionarse y nutrirse de Él, porque "...todo fue creado por medio de él y para él" (Colosenses 1:16).
El consumo abundante de la Biblia es propicio para la salud física, emocional y espiritual, no hay ningún peligro de empacho ni causa daños colaterales. El creyente que no siente ganas de alimentarse regularmente de la Biblia está enfermo. Su verdor de alegría y vitalidad se marchitará pronto y corre el riesgo de morir por inanición.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Febrero 4, 2019
Éxodo 31-32
Mateo 21:33-22:14
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