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DIOS EXISTE,,, Y TE AMA



🫂 DIOS EXISTE... Y TE AMA

«Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Solo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. ¡Arrepiéntanse! ¡Apártense de su maldad, oh pueblo de Israel! ¿Por qué habrían de morir?» (Ezequiel 33:11 NTV).

«Sí, existo» y «sí, te amo» son quizá las dos respuestas más importantes que todo ser humano anhela escuchar de parte de Dios. Nuestro corazón, en lo profundo, late con esa necesidad: saber que no estamos solos en el universo y que, además de existir, Dios nos ama de manera personal, eterna e incondicional.

La Escritura nos enseña que Dios ha diseñado la historia y la conduce con mano firme hacia un final glorioso, donde no habrá más llanto, dolor ni muerte. Aunque Dios no fue el creador del pecado, permitió su terrible irrupción en el mundo con un propósito: juzgarlo y condenarlo definitivamente. De ese modo, su justicia y su amor se revelarían con mayor claridad.

Cuando Adán y Eva desobedecieron al Señorcomiendo del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, experimentaron la muerte espiritual de inmediato, aunque continuaron viviendo físicamente. Ese mismo día, el ser humano quedó separado de Dios, incapaz de restaurar por sí mismo la comunión perdida. Sin embargo, en medio del juicio, brilló la misericordia divina: Dios sacrificó unos animales y con sus pieles cubrió la desnudez de la primera pareja. Este acto, más que un simple gesto de compasión, fue un anuncio profético del sacrificio perfecto que habría de venir.

Aquí encontramos una de las más hermosas expresiones del amor y del perdón de Dios hacia sus criaturas: un amor que no se resigna a perder al ser humano. Esa escena en el Edén nos traslada inevitablemente al Gólgota, donde Cristo, el Cordero de Dios, dio su vida para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Como dijo John Stott con profunda verdad: «Si lo que buscamos es una definición de amor, no deberíamos buscarla en un diccionario, sino en el Calvario».

La cruz de Cristo es, por tanto, la prueba más contundente e irrefutable tanto de la existencia de Dios como de la profundidad de su amor. Allí, entre clavos y espinas, Dios gritó a la humanidad: «Sí, existo. Sí, te amo».

Hoy, esa misma voz sigue resonando a través de esta reflexión. Dios desea darte el regalo más valioso: la vida eterna. Solo necesitas arrepentirte de tus pecados, apartarte del mal y creer en Jesucristo como tu Salvador. Si lo haces, la promesa bíblica es clara: serás salvo tú y también tu casa. En un mundo lleno de dudas y confusión, el mensaje es sencillo y esperanzador: Dios existe, te ama y quiere que camines con Él por la eternidad.

—Carlos Humberto Suárez Filtrín

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