Youtube

LAS OFRENDAS DIARIAS

LAS OFRENDAS DIARIAS

«Ordena a los hijos de Israel, y diles: "Tendréis cuidado de presentar mi ofrenda, mi alimento para mis ofrendas encendidas, aroma agradable para mí, a su tiempo señalado"» (Nm 28:2 LBLA).

¿Por qué Dios ordenó a su pueblo presentar ofrendas diarias? ¿Pueden ir juntos los verbos ordenar y ofrendar sin contradecirse ni perder su sentido? ¿Por qué algunas ofrendas eran de «olor grato» al Señor y otras no? Si algunas ofrendas no eran de «olor grato» al Señor, ¿por qué Dios las ordenaba igualmente?

Las ofrendas diarias tenían tres propósitos fundamentales:

1. Recordar al pueblo que Dios es santo y que adorarlo requiere santidad. El pecado interrumpe la comunión con Él, y para restaurarla es necesario derramar sangre inocente que remita la culpa. Por esa razón, Dios ordenó que cada día se sacrificaran dos corderos de un año, sin defecto alguno: uno por la mañana y otro por la tarde. Además, debían ofrecer dos litros de harina selecta mezclada con un litro de aceite puro de olivas prensadas, lo que representaba la dedicación completa del pueblo en cada aspecto de su vida.

2. Recordar que el pecado siempre tiene consecuencias. La remisión del pecado no era gratuita; implicaba un costo en tiempo, esfuerzo e inversión: dos corderos, granos, harina, aceite y vino. Estas ofrendas no se exigían para elevar la autoestima de Dios ni para llenar las arcas celestiales, sino para enseñar que quien siembra pecado cosechará pérdidas. El sacrificio, entonces, hacía evidente que cada decisión contraria a la voluntad de Dios tiene un impacto real y tangible.

3. Recordar que la obediencia es el verdadero alimento de Dios. El sacrificio diario del holocausto afirmaba la absoluta sujeción a la ley divina. Este acto subía como un aroma agradable ante la presencia del Señor y, simbólicamente, «alimentaba» su corazón al ver la disposición del pueblo a cumplir sus mandamientos. La obediencia no solo agradaba a Dios, sino que también mantenía viva la relación entre el Creador y su pueblo elegido.

Una idea clave que emerge de estos principios es que las ofrendas no solo simbolizaban el sacrificio externo, sino también la entrega interna del corazón. Dios desea más que rituales: busca una comunión sincera basada en el arrepentimiento, la obediencia y el amor.

La noticia prominente es que Dios te ama y tiene un plan exitoso para el resto de tu vida. Ofrécele hoy mismo tu corazón, y Él te concederá los anhelos más profundos. Escucha su Palabra, camina en obediencia a sus mandamientos, y serás prosperado en todos tus caminos.

—Carlos Humberto Suárez Filtrín

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.