UN UNIVERSO GENIAL
«En el
principio creó Dios los cielos y la tierra» (Gn 1:1 RV60).
Al famoso
teólogo y filósofo cristiano de la antigüedad, Agustín de Hipona, se le
atribuye la frase: «Dios escribió dos libros. El primer libro no es la Biblia,
sino la creación, la naturaleza y la vida». Y es verdad, la magnífica creación
de Dios ofrece una revelación tangible de la grandeza y la soberanía de Dios,
de su admirable sabiduría y de su poder sin límites, de su gracia sublime y de
su misericordia inagotable. Y desde el mismo principio de su Libro Sagrado,
Dios ha querido dejar establecido quién es Él, cuán asombrosa es su gloriosa
presencia, cuán insondables son sus pensamientos y cuán admirable es su amor
que será manifestado en la persona de su Hijo Jesucristo.
El naturalista
inglés, Herbert Spencer, señaló que los elementos básicos de la ciencia son: el
tiempo, la fuerza, la acción, el espacio y la materia. Explicó que todo el
universo encaja en estas cinco categorías y que esa es la matriz de la
existencia. Pero, Spencer murió en 1903 sin darse cuenta que esa tesis está
afirmada en el primer versículo de la Biblia desde hace más de tres mil años
atrás: «En el principio (tiempo) creó (acción) Dios (fuerza) los cielos
(espacio) y la tierra (materia)». Fíjate bien, el Universo conocido se estima
que contiene unos cien millardos de galaxias y cada una de ellas tiene cientos
de miles de estrellas, y en cada partícula de este universo genial se puede
observar la rúbrica divina.
La creación, la
naturaleza y la vida nos muestran a Dios, de eso no hay duda, pero ¿será que
hay alguien tan ciego que no lo pueda apreciar? Si cada cuásar y cada púlsar en
el cosmos es un milagro de Dios, ¿por qué existen insensatos todavía que no lo
estiman? ¿Acaso el cerebro humano no es la magnum opus de la creación de Dios
que deja embelesados a quienes lo estudian? Bueno, dichoso el hombre que, al
contemplar los cielos, la luna y las estrellas queda deslumbrado por su
inmensidad, que al estudiar los procesos estelares queda fascinado por sus matemáticas,
que al mirar los animales, las aves, los peces, los insectos y las flores del
campo queda extasiado por su exuberante belleza y permanece encantado por tanta
gracia y bondad.
Dios es veraz y
por eso lo invocamos, es fiel y por eso creemos en Él, nos amó primero y por
eso le amamos, murió por nosotros y por eso le servimos. Dios creó este universo
genial por causa de ti y alucina con esto: te hizo para amarte y compartir su vida
contigo. Dios es ingenioso, te creó a su imagen y semejanza con propósitos excelentes
para tu vida. Si de verdad quieres un año 2024 diferente, tienes que dejar de
invocar a todos esos dioses de bisutería que lo único que han hecho con tu vida
ha sido dejarla vacía y desorientada. Cree en Dios con todo tu corazón y
andarás en la luz, así tus pies caminarán seguros y no tropezarán con las
piedras en el camino. Dios desea ser tu amigo y tu pastor, para acompañarte y protegerte,
alejando la duda y el temor de tu corazón para siempre.
–Carlos
Humberto Suárez Filtrín
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