ROMANTICISMO 2.0
«Mi amado es trigueño y deslumbrante, ¡el mejor entre diez mil!» (Cnt 5:10 NTV). «¿Quién es esa, que se levanta como la aurora, tan hermosa como la luna, tan resplandeciente como el sol, tan majestuosa como un ejército con sus estandartes desplegados al viento?» (Cnt 6:10 NTV).
El Cantar de los Cantares es un maravilloso poema hebreo que exalta el amor físico y romántico entre un hombre y una mujer, como una maravillosa creación de Dios que nos fue dada como un regalo. En sus versos se describen tres aspectos de la intimidad: 1) la intrepidez del amante y la belleza de la amada, 2) el perfume y la mirra con las que se aromatiza el ambiente donde se recrea el amor y 3) los piropos tiernos y las caricias apasionadas donde se nutre la alegría y se desborda el deleite conyugal.
El sexo es una creación realmente sublime, que nació en la mente de Dios para que las parejas puedan disfrutarlo al máximo. Justo allí, en el lecho matrimonial, el esposo y la esposa deben abrir de par en par las compuertas de sus almas, para que las aguas de sus sentimientos fluyan a raudales sobre la pradera. El lecho conyugal es apropiado y fecundo, pues allí se despiertan las emociones más profundas de los seres humanos, se inspiran las mentes con el arte y la belleza del cuerpo humano, la relación se fertiliza con el desborde del gozo y la alegría, se promueve el respeto y la confianza para seguir adelante con los planes y también se engendran a las generaciones futuras.
El joven y la joven, los protagonistas de esta saga amorosa, han usado el diccionario una y otra vez hasta desgastarlo, para decirse mutuamente con palabras encantadoras cuánto se aman, cuánto se extrañan y cuánto se necesitan. Él la galantea con abundancia de flores literarias y ella le responde con una copiosa lluvia de frases de encomio y admiración. El joven delinea con una delicada gracia el cuerpo de su amada, alaba sus cabellos y su piel, resalta sus ojos y sus labios, engalana sus pechos y sus manos, y remarca el atractivo de sus caderas y sus piernas. La joven tampoco escatima elocuencia para afirmar que su amado es un hombre simpático, esbelto, valiente, esforzado, distinguido e hidalgo.
La noticia prominente para hoy es que Dios es honrado y glorificado cuando un hombre y una mujer, unidos en santo matrimonio, disfrutan de la intimidad conyugal al máximo. Dios mira con agrado desde los cielos a las parejas que se deleitan sexualmente en amor e integridad. Las relaciones sexuales son buenas en gran manera, pero cuando son expresadas en su honor y en su buena voluntad.
—Carlos Humberto Suárez Filtrín
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