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UN "OSCAR" PARA JESÚS



"Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con ellos, fue levantado al cielo y se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios" (Marcos 16:19 NTV).

La 92ª edición de los Premios Oscar se celebra hoy, en el Dolby Theatre de Los Ángeles, California. Entre las películas favoritas de este año están: "Joker", de Todd Phillips, con 11 candidaturas, "El irlandés", de Martin Scorsese, "Érase una vez en... Hollywod", de Quentin Tarantino, y "1917", de Sam Mendes, todas con 10 nominaciones. Pedro Almodóvar y Antonio Banderas también optan a su propia estatuilla a la Mejor Película Extranjera y a Mejor Actor, respectivamente.

Ahora bien, si eres amante del cine y de las buenas historias, entonces déjame contarte la historia de Jesús de Nazaret. Jesús enseñó una vez que cuando nos inviten a una fiesta no procuremos los asientos VIP, sino que nos sentemos en el último lugar, para que cuando viniera el amigo que nos invitó nos pase a un lugar de honor y, de esta manera, seamos honrados delante de todos los invitados.

Jesús dejó su trono de gloria, se humilló haciéndose como una de sus criaturas, no nació en una renombrada y lujosa clínica de Roma, Atenas o Jerusalén, sino en un establo de la miserable aldea llamada Belén, y fue envuelto en pañales y puesto en un pesebre.

Por amenazas de muerte vivió exiliado en Egipto por un tiempo y luego regresó con su familia a su tierra nuevamente y se estableció en un pequeño e insignificante pueblo llamado Nazaret. Desde niño se dedicó a la carpintería y tuvo que trabajar durísimo para mantener a su madre, hermanos y hermanas. Su vida estuvo marcada por limitaciones de toda índole, pues vivió al borde de la pobreza extrema.

Al final de su vida fue acusado injustamente, lo azotaron brutalmente como a un vil delincuente, se mofaron de él coronándolo con espinas en su frente y, finalmente, lo clavaron en una cruz horripilante. Jesús practicó lo que predicó: vino a este mundo y se sentó en el lugar más nauseabundo y horrendo del planeta, allí donde nadie más quisiera ir: la cruz del Calvario. Jesús mereció un trato VIP, pero rechazó los titulares, la alfombra roja y las estatuillas de este mundo.

Los actores y directores se esfuerzan al máximo por recibir un "premio de la Academia", pues de esta manera adquieren fama y muchas riquezas. A Jesús de Nazaret, por mejor actuación en el mejor guión de la historia, el Padre lo sentó a su diestra para siempre y lo distinguió entre todos los invitados a su mesa. Por esa razón, todos sus discípulos somos inspirados a emular su ejemplo, a despreciar los premios de este mundo para ganar el "Oscar" que dará el Padre Eterno, a todos los que actúen con fidelidad y excelencia en sus respectivas películas, las cuales Él mismo preparó de antemano para que actuásemos en ellas.

-Carlos H. Suárez F.

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