PARASITE
"En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar" (Juan 14:2 NVI).
La escasez de viviendas dignas es un problema real, apremiante y global, una demanda justa de la cual Jesús no fue indiferente, pues él mismo no tuvo ni siquiera un lugar donde recostar su cabeza (Mateo 8:20).
El domingo pasado, la película surcoreana Parasite ("Parásitos"), dirigida por el controversial guionista Bong Joon-ho, se convirtió en la primer película de habla no inglesa en ser la ganadora como Mejor Película por la Academia de Hollywood.
Parasite cuenta la historia de una familia pobre (los Kim) de Corea del Sur que vive en un pequeño y oscuro "banjiha" (semisótano), y una familia rica (los Park) que vive en una glamorosa residencia en Seúl.
Aunque la locación de la película es Seúl, Corea, la trama de discriminación, marginación y miseria es universal. El sinhogarismo o el sintechismo, es un fenómeno social de las personas que carecen de un lugar permanente para residir, normalmente a causa de una ruptura encadenada, brusca y traumática de sus lazos familiares y sociales, acompañada de la carencia de un medio de vida.
El problema de la privación de un techo propio y adecuado tiene una infinidad de variantes. Recientemente se supo que Sunny, un nigeriano asilado en Inglaterra, lleva más de dos décadas durmiendo en los buses nocturnos de Londres, sin familia y sin trabajo estable.
Los discípulos de Jesús tampoco pertenecieron a las clases privilegiadas de su época, y es por eso que Jesús les declara estas palabras de fe y esperanza. Todos los discípulos sufrieron persecución, vivieron errantes de aquí para allá, fueron desposeídos de sus casas y sus bienes, y otros fueron encarcelados, pero todos murieron con la ardiente expectación que iban a la casa de Abba.
El cielo es nuestro verdadero hogar, allá no hay un lugar exclusivo para los Park ni un apartheid para los Kim. Allí hay amor, gozo, paz y exuberante belleza. Y lo más atractivo es que hay una mesa servida donde está Jesús esperándonos con ternura para cenar.
-Carlos H. Suárez F.
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