LEVIATÁN
"Si el Señor se agrada de nosotros, él nos llevará a salvo a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra fértil, donde fluyen la leche y la miel" (Números 14:8 NTV).
El título de esta meditación no se refiere al monstruo marino descrito en el libro de Job, sino a la plataforma de gas natural israelí, el megaproyecto energético más importante de la historia de Israel, que contribuirá al abastecimiento de gas a Palestina, Egipto, Jordania y al sureste de Europa (Chipre, Grecia, Italia, etc.).
El yacimiento Leviatán, descubierto en 2010, se encuentra en el mar Mediterráneo, a 130 kilómetros al oeste del puerto israelí Haifa y está conectado por dos gasoductos submarinos a su plataforma de explotación, situada a 10 kilómetros de la costa. Leviatán convierte a Israel en una potencia energética, capaz de satisfacer sus necesidades, obtener su independencia energética y exportar gas natural a sus vecinos para reforzar su posición regional.
El Presidente de Israel, Reuven Rivlin, envió un mensaje oficial al Presidente de Egipto, Abdel Fattah El-Sisi, luego de que el 15 de enero comenzara el envío comercial de natural de Israel a Egipto. Con este paso, ambos países estrecharon aún más las relaciones de paz que firmaron con Anwar el Sadat en 1979 en Washington.
Israel también está realizando un suministro experimental de gas natural del campo Leviatán a Jordania por tres meses, para poner a prueba la infraestructura antes del flujo de suministro comercial real. Una utopía hecha realidad, lo que la diplomacia no pudo, el gas natural de Leviatán lo está haciendo: acuerdos comerciales y empresariales beneficiosos para Israel y sus vecinos árabes.
Desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, las tierras que compartían judíos y árabes en la región de Palestina eran yermas y solitarias, pero 71 años después, merced de la bendición de Dios y el trabajo tesonero de sus habitantes, Israel es el país más próspero, la democracia más sólida y el vergel más bello y productivo del Medio Oriente. Así que la promesa que Dios le dio a su pueblo hace 3 mil 500 años de darle tierras donde fluye leche y miel, incluía también un mar donde abunda el gas natural.
-Carlos H. Suárez F.
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