EL PACIENTE CERO

"Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron" (Romanos 5:12 NTV).

Las autoridades chinas y expertos en la materia se concentran en dar con el "paciente cero", es decir, la primera persona contagiada por el Covid-19. Identificar a la primera persona infectada por la enfermedad puede responder a preguntas cruciales sobre cómo, cuándo y por qué se originó la peste. Estas respuestas ayudan a prevenir que más personas se infecten ahora o en epidemias futuras.

Las autoridades chinas dijeron que el primer caso de coronavirus fue el 31 de diciembre de 2019. Inmediatamente, 27 de los primeros casos de la infección fueron vinculados a un mercado de mariscos y animales exóticos en Wuhan, en la provincia de Hubei. Esta región es el epicentro del brote. Casi el 82% de los más de 75 mil casos registrados hasta el momento en China y el mundo son de Wuhan, de acuerdo a estadísticas recogidas por la Universidad John Hopkins de los Estados Unidos.

En la epidemia de Ébola de 2013, los científicos concluyeron que este brote había comenzado en un niño de dos años de Guinea, África occidental. Este bebé fue identificado como el paciente cero, que se había infectado mientras jugaba en el hueco de un árbol donde habitaba una colonia de murciélagos. Los investigadores fueron a la aldea del infante, Meliandou, para tomar muestras y charlar con los lugareños sobre la fuente del Ébola.

Mary Mallon, quien emigró de Irlanda a los Estados Unidos y trabajó como cocinera de muchas familias ricas, se convirtió en "María tifoidea" después de infectar alrededor de 100 personas duranta la fiebre tifoidea al comienzo del siglo XX en Nueva York.

Adán fue el paciente cero de la terrible enfermedad del pecado. El epicentro fue el Edén y la causa fue la desobediencia a un mandamiento expreso de Dios. Todos sus descendientes, sin excepción, nacen pecadores, mueren físicamente y son condenados al infierno. Pero Dios en su gracia infinita ha provisto salvación segura y eterna en Jesús de Nazaret, su Hijo amado. Hace dos mil años atrás, Jesús murió en la cruz del Calvario y derramó su sangre inocente, para que todo aquel que en Él cree, sea perdonado de todos sus pecados y reciba el regalo de la vida eterna.

-Carlos H. Suárez F.