NIÉGUESE A SÍ MISMO
“Y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre” (1 Juan 2:17 NTV).
A la edad de veintiún años, William Cameron Townsend (1896-1982) se dirigió a Guatemala para apoyar a la misión vendiendo biblias y compartiendo la Palabra de Dios. El paisaje, el clima, las costumbres y las comidas de Guatemala, eran muy diferentes a las de su California natal, pero el gran deseo que tenía de compartir a Cristo hacía que las dificultades les pareciesen pequeñas a sus ojos.
Puesto que las biblias que Cameron vendía estaban en español, el misionero hablaba muy poco español y los indígenas hablaban en sus lenguas nativas, entonces la comunicación del evangelio se complicó demasiado. Así que Cameron oró: “Señor, ¿cómo podré alcanzarlos con el evangelio si no entienden el idioma en el que les hablo ni en el que están escritas las biblias que traigo? Muéstrame qué debo hacer”.
Cameron y su esposa Elvira se establecieron en una aldea cuya lengua era el cakchiquel. Francisco, un habitante del lugar se hizo muy amigo de Cameron y se ofreció a enseñarle el idioma. Durante los doce años que vivió allí, se dedicó a traducir y publicar el Nuevo Testamento en idioma cakchiquel. Sin embargo, él no quedó satisfecho porque vio que había muchas otras lenguas en Guatemala y en todo el continente, que no tenían una traducción de las Escrituras.
Cameron decidió traducir la Biblia a cada una de las lenguas nativas de Centro y Sur América. Por eso fundó el Instituto Lingüístico de Verano para entrenar a traductores bíblicos, y la organización Wycliffe para reunir los fondos para promover las traducciones. Desde 1934 estas organizaciones han realizado traducciones de la Biblia a centenares de lenguas nativas, llevando a los pueblos del mundo esperanza y salvación en Jesucristo.
Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24). William Cameron Townsend renunció a sus sueños personales para hacer la voluntad de Dios, y le fue maravillosamente bien. Y es que, el que vive para realizar sus propios sueños, su memoria perecerá consigo. Pero el que vive para cumplir con los propósitos de Dios, su memoria será contada eternamente.
Y tú, ¿estás viviendo en el centro de la voluntad de Dios y haciendo lo que Él quiere que hagas? Recuerda, nadie subió tan alto, hizo proezas y llegó tan lejos, sino aquel que ejecutó el plan de Dios en su vida.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Abril 15, 2019
Jueces 20-21
Lucas 13:10-30
No hay comentarios
Publicar un comentario