SOLO UNA VOZ
"Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas" (Marcos 1:3).
Definitivamente, mi segundo personaje favorito de la Biblia después de Jesús, es Juan el bautista. Su vida tan sencilla, su mensaje tan claro y su carácter tan humilde, hacen de Juan una persona fascinante.
Los padres de Juan, Zacarías y Elisabet, eran ancianos cuando Dios hizo el milagro de darles un hijo, puesto que la matriz de Elisabet era estéril. Juan fue consagrado a Dios desde el vientre de su madre y su ministerio profético lo desarrolló mayormente en el tórrido desierto de Judá, en las inmediaciones del río Jordán.
Juan fue un hombre de Dios con algunas costumbres muy extravagantes: vestía ropas de pelo de camello, un cinto de cuero alrededor de sus lomos y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y su mensaje profético era contundente y a la vez temerario, porque confrontaba tenazmente al rey Herodes para que abandone su relación adúltera con la mujer de su hermano.
Juan estuvo predicando por muy breve tiempo, seis meses aproximadamente, y luego fue aprehendido por orden del rey Herodes y enviado a la cárcel por un año, hasta que fue decapitado.
A pesar de que Juan fue un profeta con un ministerio muy excéntrico, Jesús lo elogió diciendo que de todos los profetas nacidos de mujer, Juan fue el más grande (Mateo 11:11).
Pero, ¿qué piensan ustedes que le diría un asesor de imagen a Juan en nuestros días? Juan, para tener éxito en tu ministerio tienes que venderte muy bien a ti mismo, la gente solo apuesta a caballo ganador. Vístete a la moda, rodéate de gente importante, come en lugares de caché, no prediques en el desierto y traslada a tu gente a Jerusalén, a un lugar más cómodo y más seguro, y por favor, procura no ofender a nadie hablándoles de sus vicios y pecados, y mucho menos al rey.
Pero Juan fue humilde y aceptó ser solo una voz en el desierto, pues sabía que el protagonista era el Mesías. Él dijo: "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe" (Juan 3:30).
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Febrero 8, 2019
Éxodo 39-40
Mateo 24:1-28
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