JESÚS EL MESÍAS
"Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:42-43).
¿Ha meditado alguna vez en este diálogo que se dio en el Gólgota entre dos crucificados: un malhechor anónimo y Jesús de Nazaret? El evangelista Mateo nos dice que eran dos ladrones que fueron crucificados juntamente con Jesús y que ambos le injuriaban.
Pensemos entonces: ¿Qué fue lo que vio u oyó este bandido que le hizo cambiar radicalmente su opinión acerca de Jesús? ¿Por qué le reconoce como rey pidiéndole que lo recuerde cuando venga en su reino? ¿Cómo un hombre en agonía, con una corona de espinas en las sienes, clavado a una miserable cruz, con el cuerpo ulcerado y ensangrentado por completo, con el rostro amoratado; y con la saliva de las afrentas recibidas todavía chorreando y declarado maldito por la ley de Moisés, puede ser considerado un rey? ¿Qué persona al borde del abismo le pide ayuda a otro que se halla en la misma condición? ¿Qué vio este hombre en Jesús que le inspiró fe y esperanza?
La única respuesta que se me viene a la mente es, que en el último instante de su vida el Espíritu Santo trajo a su mente las palabras del profeta Isaías: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5). Y este granuja in extremis creyó y confesó con sus labios que Jesús de Nazaret era el Mesías prometido.
Y tú, ¿crees también que Jesús es el Mesías prometido de Dios? ¿Le has confesado como tu Rey y Salvador? Hoy es el día para hacerlo.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Enero 25, 2019
Éxodo 8-9
Mateo 15:1-28
¿Ha meditado alguna vez en este diálogo que se dio en el Gólgota entre dos crucificados: un malhechor anónimo y Jesús de Nazaret? El evangelista Mateo nos dice que eran dos ladrones que fueron crucificados juntamente con Jesús y que ambos le injuriaban.
Pensemos entonces: ¿Qué fue lo que vio u oyó este bandido que le hizo cambiar radicalmente su opinión acerca de Jesús? ¿Por qué le reconoce como rey pidiéndole que lo recuerde cuando venga en su reino? ¿Cómo un hombre en agonía, con una corona de espinas en las sienes, clavado a una miserable cruz, con el cuerpo ulcerado y ensangrentado por completo, con el rostro amoratado; y con la saliva de las afrentas recibidas todavía chorreando y declarado maldito por la ley de Moisés, puede ser considerado un rey? ¿Qué persona al borde del abismo le pide ayuda a otro que se halla en la misma condición? ¿Qué vio este hombre en Jesús que le inspiró fe y esperanza?
La única respuesta que se me viene a la mente es, que en el último instante de su vida el Espíritu Santo trajo a su mente las palabras del profeta Isaías: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5). Y este granuja in extremis creyó y confesó con sus labios que Jesús de Nazaret era el Mesías prometido.
Y tú, ¿crees también que Jesús es el Mesías prometido de Dios? ¿Le has confesado como tu Rey y Salvador? Hoy es el día para hacerlo.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Enero 25, 2019
Éxodo 8-9
Mateo 15:1-28
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