EL QUIRQUINCHO CANTOR
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:24-25).
Cuenta una leyenda del folklore andino, que el quirquincho (armadillo) era un animalito apasionado por la música. Se deleitaba escuchando las dulces melodías de los animales del campo y, por mucho que se esforzaba, le era imposible grillar como los grillos, croar como las ranas o trinar como las aves.
El quirquincho fue donde el cirujano buscando ayuda y éste le dijo que el precio por cantar sería su propia vida. El quirquincho pensó para sí: "Prefiero morir cantando que vivir afónico". Así que el cirujano introdujo al quirquincho al quirófano, extrajo todas las vísceras de su cuerpo y con su caparazón hizo un hermoso charango.
El quirquincho finalmente logró su más profundo anhelo, se convirtió en el dulce cantor del altiplano, de los valles y de los llanos, que alegra el corazón de las personas y ensalza las maravillas de su Creador.
David Hormachea dijo: "La tragedia más grande en la vida no es morir, sino vivir sin una visión". El quirquincho de la leyenda llegó a la misma conclusión, que la vida sin sueños es vana. La vida que no se proyecta positivamente hacia los demás, ni se sacrifica por cumplir con el propósito de Dios, se convierte en un verdadero cachivache.
Aprendamos la lección del quirquincho: si no se hubiera sacrificado, nunca hubiéramos oído la música del charango. Si Jesucristo no se hubiera sacrificado por nosotros, jamás hubiéramos oído la música del cielo. Asimismo Dios ha puesto ideales en tu corazón. Jamás dudes que su voluntad es buena, agradable y perfecta. Si Dios decide lastimar tu vida para ministrar a otros, considéralo un privilegio y no una tragedia. Por nada en este mundo te pierdas de la dicha de ser un charango útil en el reino de Dios.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Febrero 18, 2019
Levítico 20-21
Marcos 1:1-28
No hay comentarios
Publicar un comentario