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GENEROSOS



"Diles que usen su dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros" (1 Timoteo 6:18 NTV).

La canción que entona el personaje Stingy del programa Lazy Town dice:

"El buzón es mío y el letrero también, el globo azul y el mes de abril, es mío, mío, mío, mío, mío. Los dulces de Ziggy son míos, el canto del pájaro es mío, todas las calles y también tus pies y todo lo que dije es mío. Todo pertenece a mí, todo lo que puedo ver, oeste, norte y sur, yo acaricio lo que es mío, soy Stingy y soy mío. Y esta intervención musical también es mía. El suelo y el techo es mío, tus sentimientos también, nunca lo tires todo lo que veas, es mío, mío, mío, mío, mío. Que quede claro, ¡es mío!".

Nunca una canción tan pequeña de un programa infantil, describió de manera tan gráfica y adecuada la condición del corazón humano sin Cristo: avaro, ambicioso y egoísta. Y es que todos los seres humanos, sin excepción, nacemos con estos vicios enraizados fuerte y profundamente en la matriz de la naturaleza humana. El carácter no es más que un entramado de feúchas debilidades como el orgullo, la codicia y el egocentrismo.

El hombre es concebido en pecado y nace creyendo que el 100% de las cosas le pertenecen y que el universo entero gira sobre su ombligo. El hombre es egómano por genética, por costumbre y por elección propia. Es esclavo de sus propias inclinaciones. La fuerza centrípeta de sus voraces apetitos lo esclavizan y lo condenan a una vida miserable y ruin.

Pero cuando aceptas a Cristo como tu Señor y Salvador personal, naces de nuevo, la vieja y rancia avidez hacia los bienes de este mundo pasan y todo es hecho nuevo. De pronto y de manera inexplicable, aprendes el valor de compartir no solo tus bienes sino tu vida misma con los demás, porque recibes el Espíritu de amor que te capacita para dar y servir a tus hermanos, así como Cristo se dio a sí mismo por ti. La primera estrofa del himno "Servir a Cristo" es hermosa:

"No nací para ocupar un lugar ni un espacio en la esfera terrenal. Fui creado para ser un servidor, un instrumento de servicio al Señor. No nací para obtener ni adquirir, fui creado para dar y servir. El propósito en mi vida cumpliré y a mis hermanos en el reino ayudaré" (Migdalia Rivera).

-Carlos H. Suárez F.

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