BENDICIÓN PARA HIJOS, NIETOS Y BISNIETOS
“El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos” (Proverbios 13:22 NVI).
Jonathan Edwards (1703–1758) fue hijo del Rev. Timothy Edwards. Un hombre que buscó a Dios de corazón y fue pastor por más de sesenta años. Se casó con Sara Pierrepont, una joven cristiana muy comprometida con Dios también. En un análisis de comportamiento sociológico que se realizó en el estado de Nueva York, se tomó como modelo el matrimonio de Jonathan y Sara Edwards. Se estudiaron a muchos descendientes para este análisis, el cual ofreció el siguiente resultado:
300 de ellos se convirtieron en predicadores del evangelio. Entre ellos a 100 pastores.
64 fueron catedráticos de universidades.
13 fueron rectores de universidades.
100 abogados y 1 decano de una escuela de abogados.
30 jueces.
60 médicos, incluyendo a 1 director de una escuela de medicina.
60 fueron escritores de libros.
75 miembros de instituciones armadas.
80 ocuparon cargos públicos: 3 fueron senadores congresistas, 3 alcaldes de ciudades grandes, 3 gobernadores, 1 contralor de la Tesorería de los Estados Unidos y 1 vicepresidente de la nación. Entre 1394 personas no se registró ningún criminal.
Por el contrario Max Jukes, ebrio y vago, que vivió a mediados del siglo XVIII también, cuenta entre sus descendientes a 310 que murieron en los hospicios, 440 sufrieron enfermedades venéreas, 400 fueron viciosos o inmorales y más de la mitad de las mujeres libertinas. Hubo entre ellos 130 delincuentes comunes, 60 criminales y 7 asesinos, sin contar los 300 fallecidos en la infancia. Se calcula que hasta el 1915, esta familia costaba a la nación más de dos millones y medio de dólares. Es decir, en vez de aportar bendición a la nación, fueron generaciones gravosas.
Ser un padre excelente no es una tarea fácil, pero tampoco es una tarea imposible. Los padres tenemos en nuestras manos la clave para que nuestros hijos, nietos y bisnietos, reciban una herencia de bendición. Si estamos dispuestos a vivir correctamente, conforme a los sabios principios de la Palabra de Dios, no solamente vamos a ser bendecidos por nuestra obediencia, sino que esas bendiciones, espirituales y materiales, también serán traspasadas a las generaciones futuras. Si les damos un buen ejemplo a nuestros hijos y si ellos pueden constatar que somos una pareja genuinamente feliz y próspera en Dios, se sentirán muy animados a imitar nuestro estilo de vida.
-Carlos H. Suárez
Plan de lectura de la Biblia completa en un año:
Febrero 15, 2019
Levítico 14-15
Mateo 27:11-31
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