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EL PROPÓSITO QUE LO CAMBIA TODO: TRANSFORMADOS A LA IMAGEN DE CRISTO



✝️ EL PROPÓSITO QUE LO CAMBIA TODO: TRANSFORMADOS A LA IMAGEN DE CRISTO

«Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos» (Romanos 8:28 NTV).

El versículo sobre el cual estaremos meditando hoy es uno de los más conocidos y amados de toda la Biblia. Pertenece a la sección de la epístola a los Romanos donde el apóstol Pablo declara que todos los creyentes nos encontramos en un proceso continuo de glorificación. Esto significa que el Espíritu Santo está obrando activamente en nuestro interior para transformar nuestro carácter conforme al modelo perfecto: Jesucristo. Ese es el plan supremo de Dios para cada uno de sus hijos: hacernos semejantes a Cristo en pensamiento, palabra y acción.

Este proceso de transformación no es instantáneo ni superficial. Implica que Dios utiliza todos los elementos de nuestra vida—circunstancias, pruebas, bendiciones, relaciones, tiempos de paz e incluso temporadas de silencio—para moldearnos pacientemente. Él es el Alfarero divino, y nosotros somos el barro en Sus manos. A veces la formación duele, pero siempre produce fruto.

Pensemos en el ejemplo supremo: cuando el Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ayunar y enfrentar la tentación del maligno, estaba cumpliendo el propósito de Dios para Su Hijo. Aquella experiencia no debilitó a Jesús; lo fortaleció, lo preparó y lo confirmó para su ministerio.

De manera similar, cuando un creyente ama a Dios y camina bajo la llenura del Espíritu Santo, no debe sorprenderse si el Señor permite situaciones difíciles. No es castigo ni abandono: es capacitación espiritual. Las pruebas producen fe madura; la espera desarrolla paciencia; los conflictos forjan mansedumbre; las humillaciones moldean humildad. Cada una de estas virtudes es indispensable para quien quiere seguir de cerca a Jesucristo.

Max Lucado lo expresó de manera magistral: «Dios te ama como eres, pero se niega a dejarte como eres. Quiere que seas como Jesús».

El Espíritu Santo no busca «mejorarte» ligeramente ni hacerte una versión más refinada de ti mismo. Su objetivo es muchísimo más glorioso: renovarte por completo, arrancar de raíz lo que pertenece a la vieja naturaleza y sembrar en ti el carácter del Hijo de Dios. ¡Eso sí que es maravilloso! ¿No te llena de esperanza saber que Dios está comprometido con tu transformación?

Si todavía no has descubierto el propósito de tu vida y sientes que caminas sin rumbo, hoy es el mejor día para volver tus ojos a Cristo y entregarle tu corazón. Él no solo perdona pecados: da sentido, dirección y destino eterno. Dios tiene planes maravillosos para ti—planes que superan cualquier expectativa humana—y desea revelártelos paso a paso mientras confías en Él.

Jesús nunca ha decepcionado a nadie. No me ha decepcionado a mí, ni lo hará contigo. Sus caminos son rectos, su voluntad es buena y sus promesas jamás fallan. Dichoso el hombre que sigue Sus sendas, porque jamás caminará solo ni tropezará sin que Él lo sostenga.

—Carlos Humberto Suárez Filtrín

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